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A Monte Quemado


Empezando con mi Cancionero folklórico
Aqui voy a ir poniendo las canciones que más me gustan.
Y como no empezar con estas canciones,
dos de las mejores de Los Manseros Santiagueños
y dedicadas a mi pago ¡Monte Quemado!





Canto a Monte Quemado
Espesura de los montes
canto del ave salvaje
mensaje de amor y tiempo
en el arbol y el plumaje.
Rumor de silencio herido
por el canto de algún hacha
o el silbo de algún peoncito
que va volviendo a las casas.

Noche llena de misterio,
calladas aves que vuelan
remontando a las distancias
sus sueños hechos tienieblas.
Mirada del hombre simple
temeroso y tan sufrido
que habla con ruda nostalgia
de las cosas que ha perdido.

Monte quemado que esperas una vendición de Dios
árbol, pájaro y camino, tierra, noche, canto y sol.

Monte espeso, monte virgen
tan lejano y olvidado
andando nomás distancias
pago de Monte Quemado.
Rastros que ondulan la siesta
dibujandose en la tierra
amor que flota en el aire
mezclado con la trizteza.

Noche llena de misterio,
calladas aves que vuelan
remontando a las distancias
sus sueños hechos tienieblas.
Mirada del hombre simple
temeroso y tan sufrido
que habla con ruda nostalgia
de las cosas que ha perdido.

Letra: Elsa Corvalan de Bravo.
Música: Onofre Paz.



Misterios de Monte Quemado
Monte quemado mi pago, color de tierra sedienta
Con canto de amaneceres, y rumores de la siesta
Agua de aljibe que ofrece, el dulzor de sus entrañas
Tierra quemada de soles, que en nubes se desparraman.

Hombre que lucha en la tierra, arrancando su simiente
Árbol que cae mal herido, y se amontona en durmientes
Horno tibio que atesora, su corazón de carbón
Calor, sudor y nostalgia, en la mirada del peón.

Monte que se ofrece altivo, con alma de animal macho
Perfume fresco y salvaje, que desparrama el quebracho.

Cielo brillante de estrellas, con luces que parpadean
Ramas del árbol que se alzan, pidiendo una primavera
Con magia de tus sabores, de miel y queso copeño
El alma se hace vidala, en un grito santiagueño.

Hombre que lucha en la tierra, arrancando su simiente
Árbol que cae mal herido, y se amontona en durmientes
Horno tibio que atesora, su corazón de carbón
Calor, sudor y nostalgia, en la mirada del peón.

1 comentario:

  1. Muy bueno!. A estas canciones las escuche en un viaje a Salta (Argentina), y ahora que las encuentro en esta página, me trae todos los hermosos recuerdo que pasé junto a esa hermosa gente.
    Muchas gracias por compartirla con todos nosotros.
    Un saludo.
    Nico Fontanarrosa.

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